28 julio

Una sociedad dopada

Los cereales, grupo al que pertenecen el arroz y el trigo, son alimentos que aportan gran cantidad de energía. En cierto tipo de animales, este cúmulo de energía es bienvenido. Me refiero a los pájaros, que la necesitan en gran acopio para poder volar y mantener el ritmo de un corazón acelerado. Además, al comer los granos tales cuales, aprovechan las proteínas, minerales, vitaminas y encimas contenidos en ellos. No destruye sus excelentes propiedades el fuego. Tampoco han sido refinados para suprimir la cáscara, justamente donde se concentra buena parte de los elementos nutritivos. El ser humano acostumbra comer cereal cocinado y refinado. Esto significa que al final sólo quedan como aportes los almidones, que son un concentrado de energía y de azúcar.

¿Alguien se extraña todavía de que a estas alturas del siglo XXI se haya declarado una pan-demia de diabetes?

Teniendo en cuenta la cantidad de cereales que ingiere al día el ciudadano medio, podemos considerar, sin temor a la exageración, que la sociedad está dopada con este producto que suministra una cantidad elevada de energía (azúcares). Tanto es así que los cuerpos acaban enfermando, y cada vez a edades más tempranas. La consecuencia de estar dopado con los almidones que contienen los cereales es que la actividad humana se vuelve virulenta, hay un frenesí que roza el desvarío lunático.

¿Locura colectiva? En efecto. Lejos de ser un fenómeno reciente, sería la causa última de nuestro pasado sangriento y delirante, desde hace, pongamos, unos cinco mil años. Justo cuando los cultivos de trigo, arroz, maíz y cebada se convirtieron en una actividad agrícola preponderante.

Para salir del atolladero, es decir, para abandonar los «estados mentales dopados», habría que reducir hasta eliminar el consumo de los cereales y volver a la ancestral costumbre de comer todo crudo. De este modo, recuperaríamos la ingesta de encimas naturalmente presentes en los alimentos, sean éstos hojas verdes o frutas maduras, recién recogidas de los árboles.