17 junio

Autonomía alimentaria

Adquirir autonomía alimentaria puede ser uno de los objetivos principales, en vista de lo disparados que están los precios últimamente. Pero no se trata de adquirir, necesariamente, un cien por cien de autonomía. Con tan sólo un 5% logrado realizaríamos un ahorro monetario del 5%. Nada mal para empezar. Los porcentajes no harían sino aumentar conforme ganásemos experiencia.

Para los que viven en ciudad, dentro de un piso que a lo mejor ni siquiera posee balcón, ¿está vedado este objetivo? ¿Acaso no existen «autónomos alimentarios» urbanos? La respuesta es que algunos se aproximan al 100% de autonomía.

Yo me considero uno de esos aspirantes, y he cometido algunos errores, fáciles en el fondo de evitar, que podrían servir de aviso para navegantes.

Helos aquí:

  1. Con los brotes se pueden reemplazar las ensaladas del supermercado. El fallo estuvo en que escogí una tierra que facilitó la proliferación de mosquitos y otros insectos incordiantes. A fin de evitarla: tierra esterilizada de bolsa y espray de hechura casera (un litro de agua, 1 c de lavavajillas y c.m. de vinagre) sobre las plantas afectadas.
  2. Plantas que sirven de especias: orégano, tomillo, perejil, romero… Comprar mejor las semillas y esperar a que se cumpla el proceso de desarrollo. Esto nos ahorraría el riesgo de sufrir un ataque de pulgones.
  3. Realización casera de yogures, quesos (a partir de semillas) y croquetas de garbanzos. Cuidado con la aparición de hongos durante el secado. Se puede utilizar un deshidratador para suprimir este riesgo. La ventilación ha de ser idónea. Yo aconsejo que reciban los alimentos el sol directamente, si éste no es demasiado fuerte, pues podría matar a los benéficos lactobacilos, responsables de la fermentación.

Opino que estoy logrando un 40% de autonomía. El agua, por supuesto, la filtro yo mismo. Mejor aún si es destilada con una máquina especial para ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario