21 agosto

9. Sopa de limón

09 de agosto

Poco a poco me acostumbro a la nueva dieta crudivegana estricta. De eso se trata, de acostumbrarse para resistir a la novedad culinaria. Me doy cuenta de que los focos de interés varían, ahora me intereso especialmente por los frutos secos: almendras, nueces... Que no pueden faltar. Y encuentro astucias para reemplazar a las sopas. Los jugos verdes (de hierba, sobre todo) ganan en protagonismo.

Desayuno: dos manzanas y una pera.

Almuerzo: crema de t. sarraceno.

Comida: ensalada de lentejas y garbanzos germinados, tomate, cebolla, lechuga. Sopa de limón (jugo verde, limón, cebolla, lino molido).

Merienda: zanaplá.

Cena: un puñado de almendras, higos secos, una pera y una manzana.

10 de agosto

Día caluroso. Declaración oficial de sequía. Restricciones de riego en los huertos. Los brotes de calabacín, tomate y ensalada prosperan. También los brotes de melón.

Desayuno: tres manzanas. Higos secos.

Almuerzo: crema de t. sarraceno con almendras.

Comida: ensalada de garbanzos, lentejas y guisantes, tomate y cebolla, todo crudo. Sopa de limón.

Merienda: zanaplá.

Cena: dos peras y una manzana.

11 de agosto

Hoy hace 21 días desde el comienzo de mi dieta crudivegana. Es un número mágico, se supone que acabo de completar un ciclo, el de la desintoxicación por alimentos cocinados. La batalla continúa, día de tentaciones; pero he aguantado.

Desayuno: tres manzanas.

Almuerzo: crema de t. sarraceno.

Comida: ensalada de garbanzos, lentejas, tomate, cebolla y zanahoria rallada. Sopa de limón.

Merienda, a las 16 h.: zanaplá.

Cena: dos peras, una manzana, una naranja y un albaricoque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario